¡Hola hola!
Aquí dejo otro pequeño análisis de una de las muchas ridiculizantes e impactantes imágenes de campañas publicitarias que han existido en nuestros tiempos y que a día de hoy siguen campando a sus anchas en la televisión, revistas, prensa...
Como sabéis algunas las podemos encontrar camufladas, y solo si nos paramos a observar y analizar detenidamente quizá nos podamos percatar del mensaje que nos están transmitiendo con un simple anuncio de ropa o cualquier otro producto cotidiano. En cambio junto con muchos otros ejemplos que mis compañeros han mostrado, en esta que os presento a continuación ni tan si quiera se esfuerzan en tapar esa mochila cargada de sentimientos de inferioridad de la mujer respecto al hombre, esa subestimación que fingimos no ver ya en estos tiempos y que sí, existe, y no es más que un peso cultural que arrastramos todavía hasta nuestros días y por el que aún queda mucho camino por recorrer.
¡Ahí va!
El anuncio en cuestión es una imagen fija publicitaria de un perfume de una prestigiosa y lujosa marca italiana, que por lo general manufactura ropa de moda en su mayoría para mujer pero también para hombres y niños. En algunas ocasiones también saca a la venta complementos de joyería y perfumes. He aquí unos de sus últimos tesoritos...
Efectivamente, no es un limpiacristales lo que ahora quiere vendernos Jeremy Scott (director creativo de Moschino), es un perfume para MUJER. La primera imagen publicitaria fija
que salió al público de este producto fue el 6 de noviembre de 2015, hace relativamente dos
días.
En la imagen podemos apreciar a una mujer
perfectamente maquillada y con un peinado impoluto, todo esto acompañado de un
atuendo de bata de estar por casa, sosteniendo un paño de limpieza en una mano
y la fragancia en cuestión en la otra mano. Linda, modelo imagen del perfume,
aparece apoyada sobre un cristal en el que, por su posición y postura, quiere
darnos a ver que está limpiándolo (sí, con el perfume). Con esto la intención
de su creador no es más que la de transmitirnos la imagen de una mujer
trabajadora, ama de su casa, pero por supuesto, siempre glamurosa y perfecta.
¿Y qué sensación nos va a dejar esta fragancia? Pues de frescura y limpieza,
igual que cuando hemos dejado limpios los cristales, y es en este aspecto donde
aparece la llamada idea de iconicidad, relacionando la idea de limpieza, en
este caso de cristales, con la sensación o el olor que nos va a transmitir el
perfume. Otro aspecto relevante a analizar de la imagen es la sensualidad que
nos quiere transmitir, a través del gesto de la cara de la modelo, por ejemplo,
aparece con sus gruesos labios entre abiertos (perfectamente maquillados y
acorde con su color de uñas), suave y delicadamente apoyada sobre el cristal. Otra
idea que nos quiere transmitir; si utilizas este perfume, te verás así mientras
limpias, sensual, fina, glamurosa.
Al analizar el entorno en el que se
encuentra la chica, debido a la importancia que quiere dar a ella y al perfume,
podemos apreciar pocos elementos pero a la vez muy descriptivos, que son como
ya he dicho, una parte parcial de un cristal, la chica en sí, y los objetos que
mantiene en las manos que son un trapo y el perfume.
Una de las técnicas publicitarias
que utiliza la imagen es clara; la sorpresa. Su creador intenta llamar la
atención de los destinatarios creando algo diferente y muy inusual en el mundo
de la cosmética, fabricando un perfume o más bien un envase de un perfume,
distinto a lo que estamos acostumbrados, representando un perfume en forma de
limpiacristales “de lujo”.
Pasamos al aspecto más objetivo del
análisis, los valores, ya que en mi opinión, el anuncio publicitario nos
transmite una serie de valores abiertamente. Erotismo, modernidad e higiene,
son para mí los tres principales valores que se pueden apreciar con un simple
vistazo. Erotismo, ya que utiliza la belleza y el atractivo de la chica para
vendernos el producto. Modernidad, ya que nos muestra un estilo de vida que
deseamos conseguir; “limpio cristales sí, pero también tengo un perfume de
lujo, que encima se asemeja a mi producto de limpieza” (el envase con la cantidad habitual que acostumbramos los mortales a adquirir cuesta 92 euros). Y por último el de
higiene, quizá el más característico, con ello crean en nosotras la necesidad
de sentirnos igual de limpias que los cristales que nosotras mismas, las
mujeres, limpiamos.
Y con este pequeño estudio de esta campaña publicitaria concluyo la entrada.
¡Hasta otra!
Ylenia Velasco.
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